Las manifestaciones de la actividad eléctrica atmosférica tales como los relámpagos y los rayos son comunes en toda la región del sudoeste venezolano, más concretamente en la región de los deltas de los ríos Catatumbo y Bravo, al sur del lago de Maracaibo.
Destacándose entre tales meteoros la ocurrencia persistente de un relámpago sordo, conocido como el “Relámpago del Catatumbo” o “Faro de Maracaibo”. El fulgor y luminosidad de éste fenómeno es tal que puede ser apreciado desde la ciudad de Maracaibo e incluso a centenares de kilómetros de distancia, en los Andes venezolanos, el río Magdalena en Colombia y el Mar Caribe, durante casi todo el año.
La zona de ocurrencia del “Relámpago del Catatumbo” no varía desde su primera mención escrita en 1597 cuando Lope de Vega le menciona en el poema épico “La Drangontea”. Diversos autores han reportado la ocurrencia del “Relámpago del Catatumbo” desde el siglo pasado hasta ahora: el naturalista Alexander von Humboldt describe el fenómeno como “explosiones eléctricas que son como fulgores fosforescentes” y el geógrafo Agustín Codazzi lo reseña “como un relámpago continuado” que parece surgir en la región pantanosa del río Zulia y sus alrededores, al sur del Lago de Maracaibo.
Destacándose por su persistencia contínua en posición y tiempo, para casi todas las noches del año, incluso en el período de sequía, derivando de allí el nombre de “Faro de Maracaibo”. A finales del siglo pasado, Hann lo reseña en el Catálogo Climatológico Mundial.
Más recientemente, Zavrotsky ha reportado su ocurrencia y fenomenología; sin intentar un modelo físico que explique la naturaleza de la actividad eléctrica permanente y localizada que constituye la esencia del fenómeno atmosférico considerado.
No existe consenso en torno al mecanismo causal ni sobre la ubicación del o de los epicentros, sobre todo porque la región de ocurrencia es una zona inhóspita de 226.000 hectáreas de pantanos, casi permanentemente inundados con abundante nubosidad y pluviosidad durante todo el año, que conforman el “Parque Nacional Ciénagas de Juan Manuel”.
El primer intento moderno de caracterizar la fenomenología del “Relámpago del Catatumbo” lo realizó Melchor Centeno, quién realiza un enfoque geográfico y climático del mismo y delimita la región de ocurrencia al área comprendida entre las coordenadas 8º 15’ y 10º latitud norte, y entre los 4º 45’ y los 6º longitud Oeste.
Centeno atribuye así el origen a las tormentas eléctricas permanentes ocasionadas por la circulación cerrada de vientos en la región, sin descartar la posibilidad de la existencia de algún agente causal en el subsuelo, tales como fuentes geotermales, geomagnéticas o radiactivas.
El segundo estudio sistemático del “Relámpago del Catatumbo”, fue realizado en 1966 por Andrés Zavrostky y colaboradores de la Universidad de Los Andes. Consistió en tres expediciones, sin penetrar en las ciénagas, y se limitó a la observación desde los centros urbanos de Los Encontrados y Santa Bárbara, y/o puntos adyacentes de la carretera que unen ambas poblaciones, concluyendo que la causa del fenómeno “presumiblemente sea una especie de tormenta permanente en cierta región de Venezuela de índole esencialmente eléctrica entre las nubes cargadas de electricidad y cierta carga permanente en el suelo en la Gran Ciénaga al oeste del Lago de Maracaibo” como agente causal de la inusitada actividad eléctrica atmosférica observada.
La actividad tormentosa y la existencia de cierta carga eléctrica superficial no explican el carácter antiguo y localizado del fenómeno ni el mecanismo físico responsable de la fosforescencia (relámpago) que acompaña la ocurrencia de los rayos, como tampoco da cuenta de la intermitencia permanente que le caracteriza incluso en épocas de sequía.
El estudio del “Relámpago del Catatumbo” podría contribuir a la comprensión del microclima en la región y tener además, aplicaciones prácticas para la agroindustria. El propósito de este trabajo es presentar un posible mecanismo que explique las características del “Relámpago del Catatumbo”, así como la identificación de los agentes causales y cocausales del fenómeno, con un enfoque micro y macro físico.
Un récord mundial
Este fenómeno meteorológico excepcional fue incluido en el libro Guinness World Records. El Relámpago del Catatumbo hasta la fecha tiene el mayor número de rayos por kilómetro cuadrado por año. En promedio, se estima que se producen más de 1.6 millones de descargas eléctricas cada año.
Erick Quiroga es el ambientalista Venezolano que ha tomado medidas para establecer el récord en el Libro Guinness. Ahora ve un título nuevo, mucho más prestigioso. De hecho, el defensor del medio ambiente desea que el Relámpago del Catatumbo se considere patrimonio natural de la humanidad y se incluya en la lista establecida por el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Tormenta misteriosa
Durante muchos años, los científicos se han preguntado sobre este fenómeno único que tiene lugar cerca de la desembocadura del río Catatumbo, un afluente del lago de Maracaibo. Sin embargo, los investigadores han propuesto una hipótesis reciente para tratar de comprender el origen de la perturbación atmosférica. La causa: vientos circulantes y la presencia de metano.
Los vientos cálidos y húmedos del mar Caribe se precipitan en la cuenca del lago de Maracaibo y se encuentran con el aire frío de las cordilleras andinas, causando perturbaciones atmosféricas. Mientras tanto, el metano almacenado en el lago se evapora y gana altitud. Las corrientes ascendentes de las nubes luego distribuyen aleatoriamente el metano, que se concentrará en diferentes lugares.
A partir de ahí, el metano debilitará las propiedades aislantes del aire que se utilizan para reducir la actividad eléctrica. Esto permitirá que la tormenta se forme y persista. Pero, ¿por qué la tormenta ocurre sólo de noche? Por los rayos del sol. Durante el día, este último descompone las moléculas de metano en la atmósfera.
Cuando se pone el sol, los rayos ultravioleta desaparecen, el metano cumple su función y la tormenta puede comenzar a rugir.
Cambio climático
En 2010, el Relámpago del Catatumbo no se manifestó durante dos meses. Su período de ausencia más largo observado desde 1906 sería debido a la amplificación de El Niño, un fenómeno climático que se caracteriza en parte por temperaturas anormalmente altas. Sin embargo, no se excluye que el hombre desempeñe un papel en esta anomalía climática.
La deforestación masiva y la ganadería intensiva producirían una masa sustancial de sedimentos en esta región pantanosa que podría alterar el fenómeno.